viernes, diciembre 11, 2009

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¿Cuál es la impresión? Que no hacemos nada.
¿Cuál es la impresión? Que no nos importa
¿Y en la enseñanza?    La optativa de Educación Medioambiental prácticamente desaparecida.

Ahora toca. Ahora vuelve a ser tema de portada en los medios de comunicación de forma general. Y cuando nos sale una primavera rara, o no llega el invierno o hay inundaciones, nos acordamos del tema, lo utilizamos como un tópico más, y volvemos a olvidarnos de él.

Nos olvidamos del asunto ese del cambio climático, y nos acordamos de él cuando truena.

Y eso es malo. Es malo porque sin conciencia del problema no hay presión ciudadana, y sin presión ciudadana las decisiones que se deberían tomar no se toman.

Pero también es normal. Es normal que nos olvidemos. Es normal que pasemos del tema. De hecho, el cambio climático parece un tema preparado para ser olvidado (y no pretendo ser conspiranóico). No lo digo yo, lo dice Kari Norgaard, investigadora de las relaciones entre el cambio climático y los cambios de conducta que provoca en los seres humanos, en una entrevista en la revista Wired. ¿Pero cómo podemos olvidarlo si constantemente nos lo están recordando?

Piensa un momento. En nuestro día a día intentamos sentirnos lo más a salvo posible, seleccionando a qué prestamos atención y a qué no. Seleccionamos la información que hace que nos  podamos sentir a gusto en nuestro mundo. Pero la información acerca de los problemas, retos y amenazas que supone el cambio climático para nuestras vidas está ahí, y lo está de forma constante. Pero realmente nosotros no vemos esas amenazas, no vivimos en ningún lugar afectado por la subida el nivel de los océanos, ni nos vemos afectados por la escasez de agua o alimentos que nos pueda forzar a emigrar, por poner dos ejemplos. Así que no vemos la amenaza tan real.


                                                                     http://www.flickr.com/photos/inedito/

Por otro lado, cuando lo pensamos fríamente y vemos que sí es real, también nos damos cuenta de que no hay mucho que nosotros podamos hacer para individualmente, mejorar de forma sustancial y a corto plazo este problema., lo que también ayuda a que nos distanciemos de él.
Así que si juntamos todo esto, lo que tendemos a hacer es olvidar ese problema, sacarlo de nuestra vida diaria.

Hay más factores que complican la cuestión, y uno de ellos es que, no solo estamos expuestos a las noticias que nos cuentan las consecuencias del cambio climático, sino que también estamos expuestos a las continuas dudas sobre su existencia real, al cuestionamiento continuo de los estudios científicos. Y esto nos marea más todavía.


Pero tampoco deberíamos justificar esta falta de acción con la psicología o la influencia de los escépticos. Nuestro modo de vida consume energía, y requiere cada vez consumir más. Y queremos que siga siendo una energía barata. Políticas reales contra el calentamiento global suponen atacar este consumo excesivo, lo que influiría en nuestro modo de vida. Y eso también lo tenemos claro, y quizá también nos interesa olvidarlo.






Si quieres ampliar la información, aquí tienes las fuentes de la información que utilizó:

Wired: The psichology of climate change
Kari Norgaard: Cognitive and Behavioral Challenges in Responding to Climate Change
ScienceBlogs: Time to Stop Blaming Climate Skeptics for Societal Inaction

1 comentarios:

José L. Castillo dijo...

Totalmente de acuerdo, Manuel María. Es la percepción del riesgo. El cambio global se parece al colesterol. Sabemos que está ahí y hace daño, pero no notamos cómo nos mata.

¿Sería oportuna la parábola de la rana en el agua hirviendo?

http://en.wikipedia.org/wiki/Boiling_frog